Patrimonio religioso, Tierra de la Cultura

Iglesia de Valadares

Templo modesto, de planta longitudinal, con una capilla mayor más baja y más estrecha que el cuerpo compuesto por una única nave. La construcción de esta iglesia deberá datarse de finales del siglo XIII, incorporando varias marcas de albañil, y reaprovechando silhares de una construcción anterior, a evaluar por la inscripción colocada invertida en la pared norte de la capilla mayor datada de 1188.

La inscripción muestra la fórmula del calendario romano (Era de 1226), por lo que se tendrá que sustraer 38 años para poder medir la fecha de acuerdo con el calendario actual. Sobre la inscripción se grabó una marca de albañil en forma de "báculo" dispuesto de forma horizontal.

Los silhares utilizados en la construcción de la iglesia de diferentes formas y dimensiones le confieren un aspecto irregular, siendo todavía visibles variadas siglas en los paramentos tanto internos, como externos de este templo. Los elementos decorativos surgen sólo en algunos puntos: en la capilla mayor, fachada norte de la nave y en la fachada principal. Se destacan los cachorros de la fachada norte por la decoración de tradición románica recurriendo a motivos geométricos (rollos y esferas) y figurativos de aspecto "antropomórfico" pero con un carácter bastante fruste. En la fachada principal es todavía visible junto a la empena dos figuras laterales, pudiendo una de ellas corresponder a una liebre oa un conejo. El portal de la fachada principal exhibe ya un arco roto de dos arquivoltas, siendo la interior decorada sobre el bisel por una orilla perla que también se repite al nivel de las impuestas. Así, la Iglesia de Valadares se enmarca en lo que viene siendo considerado como "románico de resistencia" o "gótico rural".

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Pero son las pinturas a fresco del siglo. XV que se encuentran en las paredes de fondo y laterales de la capilla mayor, "escondidas" detrás de retablo-mor, que confieren a esta iglesia un especial interés y un valor excepcional a nivel patrimonial.

En la pared de fondo la pintura se divide en varios paneles, separados por marcos. En el lado del Evangelio es visible Santa Catalina de Alejandría identificada por la presencia de sus atributos (rueda dentada y espada en la mano izquierda colocada sobre la cabeza del tirano dispuesta a sus pies). Se sigue la representación de la Lamentación sobre Cristo Muerto y luego San Santiago presentado como romero con el bastón de peregrino de punta bicuda en la mano derecha y con un libro en la mano izquierda. En el lado de la Epístola es visible Santa Bárbara con un libro en la mano izquierda y la torre de color gris a la derecha.

A encender estos cuatro paneles surge un friso de ángeles que podrá representar al Cielo y que es interrumpido al centro por un pequeño nicho donde está representada Nuestra Señora con el Niño al cuello. Sobre este friso surge otro, con bandas alternas de color rojo y de color blanco, donde se superponen una imitación de "paños de armar". De la lada de la Epístola podremos estar en presencia de San Pablo que en la mano derecha impone una espada y en la izquierda un libro. Sobre éste, se encuentra San Pedro que exhibe unas llaves en la mano derecha y sostiene también un libro en la izquierda.

En el lado del Evangelio, podremos estar en presencia de una representación de un Infierno o de un Juicio Final con criaturas fantásticas, como un ave extraña de color negro con cabeza de gallo y pico de ganso; una figura bicéfala con 2 cuernos; y un ser con cuerpo humano y cabeza de perro. Bajo estos es visible una gran cabeza de un animal que traga algunos personajes. Por último, y aún en la pared funda del lado del Evangelio es todavía hoy visible una parte de la inscripción donde se revela quien encargó la pintura Mural y la fecha: [man] do hacer juan camel [...] abad de esta iglesia: era de mil cccct [...]. Se puede tratar de João Camelo de Sousa, hijo de Álvares Gonçalves Camelo y hermano de Luís Alvares de Sousa, que usaron ambos el título de señores de Baião.

La iglesia medieval sufrió varias alteraciones a lo largo de la época moderna, manteniendo hoy los retablos barrocos y pasando a incluir más allá de la escultura barroca de la imagen peregrina de San Jacobo en el retablo mayor, la imagen pintada en el forro del techo de la nave y en el interior el arco de crucero de San Jacobo Caballero, el "Mata Mouros".

Referencias:
Ruta del Románico (2014). Lousada: Centro de Estudios de la Ruta del Románico.

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