Desde los inicios del s. XII, época en que el Monasterio de San Andrés de Ancede fue fundado, que su historia se encuentra íntimamente relacionada con la producción y la comercialización del vino. Desde la época medieval, que el vino era canalizado hacia la ciudad de Oporto, integrando los circuitos comerciales del río Duero.
A partir del siglo XV, está documentada la existencia de buques de alto bordo que transportaban vino del Monasterio de Ancede a los mercados extranjeros de Andalucía y Flandes.
Gracias a los beneficios de las exportaciones del vino, que este monasterio se ha ido ampliando y dignificando, permitiendo la adquisición de obras de arte y las sucesivas reformulaciones arquitectónicas, hasta el punto de, en el s. XVIII, se ha construido el edificio de los graneros y de la bodega que junto con el Lagar, edificado ya en la centuria de ochocientos, forman hoy el espacio del Centro Interpretativo de la Viña y del Vino.
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La fundamentación de la creación de este Centro se relaciona íntimamente con la historia de este monasterio, que damos a conocer, así como, el territorio donde se inserta.
Un territorio con características geográficas propias, habitado por Hombres, que por su propia voluntad o por decisión de otros, desde la Edad Media, transformó el paisaje, cultivando viña, cereales y árboles frutales. Bañado al sur por el río Duero, también explorado a lo largo de los tiempos, para la pesca y / o para las transacciones comerciales, a las que ya nos hemos aludido, es hoy una marca turística de relieve nacional e internacional.
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