Calzada de tradición romana, manteniendo una pequeña parte adonde aún es posible identificar la metodología utilizada por los romanos en la construcción de carreteras.
Fue por esa razón que se señaló un recorrido peatonal con cerca de 2800 metros, habiéndose identificado las especies arbóreas y arbustivas que bordean este tramo en la margen izquierda del río Ovil y que pasa junto a la base del castro de Porto Manso.
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