La Iglesia Matriz de San Juan de Ovil marca el inicio de este recorrido. A título de curiosidad, podrá visualizar parte de un friso románico en la fachada norte de la iglesia, testimonio de un primer templo aquí erigido.
Después de iniciar el recorrido, el paisaje que se observa en las áreas de media pendiente refleja la naturaleza dinámica de la vegetación y la forma en que ésta evolucionó en la ausencia de usos y otras perturbaciones causadas por el hombre. El abandono agrícola y pastoril permitió la recuperación de la vegetación espontánea y el desarrollo de extensos robles jóvenes.
Los matos altos de giestas y codos completan el paisaje y reflejan el recorrido que la naturaleza hace hacia el bosque. A pesar de dominar este paisaje, el bosque natural es intercalado aquí y allá por algunos asentamientos forestales de eucalipto y de pino brava. Las laderas de la sierra se encuentran surcadas por varias líneas de agua, colonizadas por el sauce negro y el aliso. En el caso de las especies de fauna, como la rana-ibérica o el lagarto de agua, cuyos machos se distinguen bastante bien en la época de reproducción por la coloración azul turquesa del cuello y cabeza.
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En la parte superior del recorrido, encontrará gran parte de los monumentos más emblemáticos del Conjunto megalítico de la Sierra de Aboboreira: el menir de la Pena y los dólmenes de Chã de Parada 1 y Chicas del Crasto 3.
La configuración e implantación en el terreno del monolito granítico de la Pena, nos permite adivinar que se podrá tratar de un menir. A confirmarse esta hipótesis, estaremos en presencia del único menir de la Serra da Aboboreira.
El Dólmen 1 de Chã de Parada, Monumento Nacional desde 1910, impresiona a todos aquellos que por allá pasan por sus dimensiones y por la quietud de lugar. Lo mismo sucedió al escritor José Saramago, que registró su experiencia:
"El viajero da la vuelta, ahí está el pasillo, y allá dentro la cámara espaciosa, más alto todo el conjunto de lo que por el lado afuera parecía (...) y de abajo nada tiene. No hay límites para el silencio. Bajo estas piedras, el viajero se retira del mundo. (...) que hombres habrán levantado a la fuerza de brazo esta pesadísima losa, desbastada y perfeccionada como un casquete, y que hablan si hablaron debajo de ella, que muertos aquí fueron acostados. El viajero se sienta en el suelo arenoso, cosecha entre dos dedos un tierno tallo que nació junto a un seno, y, curvando la cabeza, oye finalmente su propio corazón.
Viaje a Portugal, p. 34
También se pueden observar algunos grabados prehistóricos en algunos de los esparcimientos que componen la cámara dolménica. Su observación es más perceptible cuando se conoce su ubicación, por lo que se aconseja la marcación de una visita orientada, a través del Núcleo de Arqueología del Museo Municipal de Baião. Cabe a todos la responsabilidad de la conservación y preservación de estos grabados para las generaciones venideras.
En contraposición, podrá apreciar la gracia de Muchachas del Crasto 3, de dimensiones mucho más modestas. Además de la visita a los monumentos megalíticos, no deje de apreciar la decoración sencilla de unas alminhas del s. XIX, refrescarse en la Fuente de la Mel y percibir por qué llaman a los pastores de la Sierra "Piedra de Sol" a un batolito granítico aislado, que por tener esa característica, funciona naturalmente como un reloj de sol.
Termine el recorrido deleitándose con la belleza del paisaje que se avecina a partir de los Cruceros de la Capilla de la Sra. Da Guia.
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